03 enero 2008

Historia del primer árbol de Navidad en Puerto Rico (crítica)

Ambiente familiar en teatro callejero
Por: Javier del Valle
Especial para EL VOCERO
Foto de Lidith RamosEL VOCERO/

El teatro en calles y plazas permite llevar mensajes a lugares insospechados. La concurrida Plaza de Armas del Viejo San Juan, tiene la posibilidad de impactar a residentes y turistas del interior y exterior del País. Por eso los temas que allí se representen, además de entretener, deben intentar educar.
El pasado domingo 30, en medio del bullicio dominguero del centro de la Ciudad Colonial, se presentó la “Historia del primer árbol de Navidad en Puerto Rico”. Esta estampa teatral de La Compañía Músico-teatral Cimarrón, dirigida por la veterana actriz y dramaturga Brunilda García, aprovechó el ambiente familiar que define las tardes de domingo del centro turístico.
Personajes de la historia y la ficción se unieron en un viaje a través del tiempo para recrear los signos que más identifican a la Navidad boricua. Ramfis González (Agustín Stahl), Carmen Morales (Rosario), Yussef Soto Villarini (San Francisco de Asís), Luis Enrique Romero, Ariel Cuevas y Jorge Arce(los Tres Reyes Magos), se encargaron de dar vida a los personajes de este acto interactivo.
Por aquello de abonar al toque colonial, la representación abrió con la introducción del “Segundo Capitán don Ramón Carvajal y Cid”, reconocido militar del ejército español de finales del siglo XVIII, interpretado el actor Willie Maldonado. Luego, el primer relato detalla como el reconocido médico y botánico aguadillano Agustín Stahl, introduce en 1866 a Puerto Rico, la costumbre de adornar el árbol navideño, tradición que trae desde Alemania, tierra natal de su padre. San Francisco explicó como se ingenio representar el primer pesebre en 1223, mientras los Tres Santos Reyes relataron su epifanía.
Mientras los niños pusieron adornos al arbolito de Stahl, otros interpretaron a pastores, bueyes y burros, añadiendo gracia y energía a la presentación. Todo terminó en una gran parranda al son de clarinete, tambor y bombo. Nos preguntamos como hubiera sonado con el toque boricua del cuatro y el güiro y maracas.
Este valioso esfuerzo cultural de Cimarrón fue auspiciado por el Departamento de Cultura del Municipio de San Juan.

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