Por: Javier del Valle
Especial para EL VOCERO
Foto de Tania Dumas
Cuando nos acostumbramos y aceptamos vivir entre la basura, podredumbre, inmundicia y roña social, nuestra existencia porcina es innegable. Sólo un animal que vive y se revuelca en su excremento es capaz de justificar tal vida.
A diario escuchamos la monserga política que con diatribas y espectacular demagogia, vacían nuestro espíritu mientras prometen llenar nuestras barrigas. Somos cebados en un proceso que busca desmembrarnos para finalmente alimentar sus ambiciones.
"¡Lechón!", versión de Provi Seín y Mario Roche del monólogo "El Cerdo" de Antonio Andrés Lapeña, se presentó libre de costo para el público el pasado jueves, en la sede del Colegio de Abogados de Miramar. Una sala colmada por una receptiva audiencia disfrutó de este estupendo montaje de Producciones Aleph.
Lapeña toma su argumento de la novela "Estrategia para dos jamones" del francés Raymond Cousse. Cuatro estaciones en la vida de un cerdo encerrado en su corral, exploran el drama humano de asumir posturas ante la vida: "El tedio", "Miedo a la libertad", "Deseo y muerte" y "Resurrección".
Mario Roche personifica a "Ramón Serrano", el lechón que vive para ser engordado sin importarle su fatal desenlace. Su vida contradictoria se pasea entre la angustia y el placer; antepone la seguridad frente a la libertad; valora su calidad de vida por la calidad de su excremento. El actor se prende de sus múltiples recursos histriónicos, atrapando con maestría la mueca del conformismo y la comodidad del porcuno personaje. El público celebró con entusiasmo la interpretación del protagonista.
Seín, directora de la reflexiva tragicomedia, mueve los hilos en el marco de una oficina delimitada por cajas y elementos que acentúan un deprimente ambiente burocrático. Su versión de la pieza de carácter existencialista, se atemperó a la desprestigiada política nacional, llevando al "Lechón" a utilizar tonos y frases de conocidos políticos del patio.
La sabiduría popular abona a la tesis del montaje al recordar frases como "engordando para morir pelao’s". Años de trabajo bajo condiciones precarias, vidas regidas por la dependencia, miedo al cambio, o la apatía política son cuchitriles y pocilgas que encierran al ser humano.
En la pieza participa además Julio Ramos como "Cuco el porquero". La utilería es del mismo Ramos, el diseño de escenografía de Marcelino Puig, vestuario de Seín y Roche, regiduría de Ángel Amaro, vídeo de Pedro Ángel Rivera, iluminación de Emiliano González y sonido de Carlos Lazarte.
"¡Lechón!, Cuatro estaciones en la porquería" continuará en las universidades y otros espacios culturales. No se pierda esta crítica porcina durante este año de abundante fanguero político partidista.
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