"Alicia" para el disfrute de todos
Por: Javier del Valle, Especial para EL VOCERO
Publicado en edición del 22 de octubre de 2007
Poco a poco se desvanecen las quimeras de los niños. Entre juegos electrónicos y películas de fantasía que dirigen y manipulan la imaginación de los chiquitines, es imperativo alimentarles sus propias fantasías.
El autor, matemático y clérigo anglicano Lewis Carroll escribió "Alicia en el país de las maravillas" (1865) con el único mensaje de que los niños no dejen morir sus sueños y utopías. El pasado sábado y domingo se presentó en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré en Santurce, el musical "Alicia", en versión del español Daniel Pérez y el grupo teatral Réplika.
Con un texto en verso lleno de ritmo y agradable sencillez, el montaje dirigido por Jaroslaw Bielski atrapó la atención de las cientos de familias con niños que llenaron la sala Antonio Paoli. El argumento se ciñe al original, pero dado el caso del juego de rimas, las acciones transcurren más rápidas y al grano.
Toda la acción ocurre sobre una plataforma inclinada en medio del escenario, con una serie de trampas por las que salen los personajes. De fondo, el ciclorama juega un papel importante con la constante proyección de colores brillantes y simples patrones de luz. Es notable que el montaje está diseñado para teatros mucho más pequeños que la Sala de Festivales santurcina. La aceptación por parte del público infantil fue evidente. Rieron, aplaudieron y gozaron poniendo mucha atención y disciplina. Sólo los papás y mamás siguen dando la nota discordante mientras atienden llamadas telefónicas en medio de la presentación.
El colorido vestuario y el concepto escenográfico son creación de Agatha Ruiz de la Prada, reconocida diseñadora de moda española.
La soñadora Alicia es interpretada con frescura y sin changuerías por la actriz española Laura Orduña, junto a un acertado elenco.
El montaje ibérico demuestra que la sencillez puede dar espacio a que nuestros niños no dependan de extravagancias al momento de imaginar.
Por: Javier del Valle, Especial para EL VOCERO
Publicado en edición del 22 de octubre de 2007
Poco a poco se desvanecen las quimeras de los niños. Entre juegos electrónicos y películas de fantasía que dirigen y manipulan la imaginación de los chiquitines, es imperativo alimentarles sus propias fantasías.
El autor, matemático y clérigo anglicano Lewis Carroll escribió "Alicia en el país de las maravillas" (1865) con el único mensaje de que los niños no dejen morir sus sueños y utopías. El pasado sábado y domingo se presentó en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré en Santurce, el musical "Alicia", en versión del español Daniel Pérez y el grupo teatral Réplika.
Con un texto en verso lleno de ritmo y agradable sencillez, el montaje dirigido por Jaroslaw Bielski atrapó la atención de las cientos de familias con niños que llenaron la sala Antonio Paoli. El argumento se ciñe al original, pero dado el caso del juego de rimas, las acciones transcurren más rápidas y al grano.
Toda la acción ocurre sobre una plataforma inclinada en medio del escenario, con una serie de trampas por las que salen los personajes. De fondo, el ciclorama juega un papel importante con la constante proyección de colores brillantes y simples patrones de luz. Es notable que el montaje está diseñado para teatros mucho más pequeños que la Sala de Festivales santurcina. La aceptación por parte del público infantil fue evidente. Rieron, aplaudieron y gozaron poniendo mucha atención y disciplina. Sólo los papás y mamás siguen dando la nota discordante mientras atienden llamadas telefónicas en medio de la presentación.
El colorido vestuario y el concepto escenográfico son creación de Agatha Ruiz de la Prada, reconocida diseñadora de moda española.
La soñadora Alicia es interpretada con frescura y sin changuerías por la actriz española Laura Orduña, junto a un acertado elenco.
El montaje ibérico demuestra que la sencillez puede dar espacio a que nuestros niños no dependan de extravagancias al momento de imaginar.
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