“¿Por qué los hombres aman a las cabronas?”
Por Javier del Valle
Por Javier del Valle
Intentar descubrir las motivaciones del público teatral ante las variadas convocatorias que le inundan cada semana, es un ejercicio retador.
En los escenarios de ciudades de gran tradición teatral, el autor juega un gran papel al momento de atraer espectadores hasta la taquilla. Algunos directores también han entrado en el estrellato de atracciones. Los teatros más pequeños suelen seducir con el contenido de sus propuestas. La gran oferta sin duda recae en los actores taquilleros, ya sea por su talento, o por la frivolidad mediática ante sus escándalos o figuras esbeltas.
El mercadeo efectista con sugestivos títulos de cuernitos, moteles, cabronas y otros términos, también llena salas.
Con un poco de todo, el pasado viernes subió a escena en el Teatro Ambassador de Santurce, “¿Por qué los hombres aman a las cabronas?”. La pieza está basada en el escrito de “autoayuda” de Sherry Argov “Why men love bitches?”. El libro intenta ofrecer una guía en la que se pretende mostrar por que los hombres se sienten atraídos por mujeres de carácter independiente.
Un débil texto del exitoso comediógrafo mexicano Mauricio Pichardo, presenta una mujer tonta que se deja utilizar de los hombres, siendo aleccionada por otra que se los traga vivos. No pasa nada. El espectáculo carece de los más primarios elementos dramáticos, dependiendo de una ristra de palabrotas altisonantes y frases trilladas contra la pareja, para lograr delirantes risas y aplausos. Como si intentaran vendernos un libro, el evento pareció uno de teatro de marketing, o de esos largos anuncios de televisión en los que revelan las virtudes de un cuchillo o una aspiradora.
A pesar de lo sexista y misógino del titulo de Argov (escritora de revistas tipo Cosmopolitan, Playboy y Esquire), la sala fue tomada por un nutrido público femenino. Muchas prefirieron tratar de llamar la atención del señor Francisco Gattorno desde sus mesas, que interesarse por su tímida ejecución escénica.
El talentoso director Albert Rodríguez pareció enfrentarse a un libreto “no-dirigible”. La misma suerte corrió con los actores, a quienes no encontró mucho de donde sacar. Sonya Cortés es excelente cuando está sola en un escenario haciendo de sí misma mientras cuenta anécdotas y chistes. Esta vez estuvo acompañada, haciendo de la tonta y maltratada “Dulce”. Francisco Gattorno, actor cubano de telenovelas, parecía perdido entre líneas, como si el medio teatral fuera algo nuevo en su vida. Marian Pabón se defendió como pudo.
“¿Por qué los hombres aman a las cabronas?” es una producción de Raymond Gerena y Rubén Lara para Gran Escenario Inc. La pieza continúa los días 10, 11, 17 y 18 de agosto en el teatro Ambassador, en Santurce.
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